Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: « ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? ». Evangelio de Mateo (2, 1-2)
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Evangelio de Mateo (2, 11)
Esta es casi la única referencia que se hace en la Biblia de sus majestades los Reyes de Oriente.
¿Pero sabías que realmente no eran Reyes?
En la Biblia, concretamente en el Evangelio de Mateo, donde se habla de unos ‘magos’, pero no se precisan sus nombres, ni que fuesen reyes ni tan siquiera que fuesen tres.
Si bien parece contradictorio que practicantes de la magia (severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento) sean admitidos como adoradores de Jesús, hay que tener en cuenta que el término griego magós no era utilizado únicamente para referirse a los hechiceros. Se utiliza, en este caso, para referirse a ‘hombres sabios’ o, más específicamente, hombres de ciencia. De hecho, también poseían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6)
Mateo no explicita que sean astrólogos que conocieran con precisión el movimiento de alguna estrella (2:7) a pesar de ser ésta la creencia general. Aunque bien intencionados, su visita es causa de turbación general y despierta la desconfianza de Herodes (2:3), pues veía al nuevo Mesías como un rival. A pesar de ser anciano y de haber reinado ya por más de treinta años, Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del nacimiento del Mesías (2:8) con el fin de poder, así, acabar con su potencial competidor. Los sabios, que no sospechan eso, encuentran al Niño, lo adoran y obsequian oro, incienso y mirra (2:11). Un ángel previene a los magos de las intenciones que Herodes guardaba (2:12), así que no regresan donde él. Iracundo, el rey manda a matar a todos los niños menores de dos años. Para entonces, José ha sido avisado en sueños (2:13) de que debe huir a Egipto con los suyos.
A partir de ese relato, se han ido elaborando numerosas leyendas sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras.
Sea como fuere esta historia o leyenda se ha arraigado en nuestra sociedad y cultura tanto si eres católico como sino. Solo nos queda esperar a que esta noche sus majestades los Reyes Magos hagan muy bien su trabajo y cumplan la mayoría de nuestros deseos.
¡FELIZ DÍA DE REYES!
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