Hasta tal punto el hombre quedo ensimismado con nuestro satélite que aprendimos a elaborar un calendario lunar. Podríamos considerar que con dicho calendario tendría lugar el nacimiento de la astrología.
Entonces llegaron los ritos ancestrales en los cuales la luna era de vital importancia. Pudimos sentir como algo tan lejano a su vez estaba tan cerca de nosotros.
Empezamos a descubrir que las fases de la luna afectaban a nuestras cosechas, caza, el comportamiento animal, en las mareas de nuestros océanos y por supuesto en nosotros mismos; de tal modo que para hacernos una idea de que día un embarazada alumbraría a su hijo, nos remitimos a las fases de la luna aún en la actualidad.
Un ciclo lunar es un lapso de 29.5 días, durante los cuales se observan todas las fases, el ciclo se repite y así sucesivamente, siempre en el mismo orden.
De niño, cuando la observaba imaginaba diferentes mundos e inconscientemente realizaba un pacto que todo niño realiza con ella; el pacto de la imaginación y nuestros sueños. Gracias por ser tan mágica.
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