Todos damos por sentado que el año termina el 31 de
Diciembre y que el nuevo año comienza el 1 de Enero, pero, ¿ha sido esto
siempre así?. La respuesta es no. Hace más de dos mil años, los Romanos tenían
como primer día del año político el 15 de Marzo. Pero entonces, ¿Que hizo que
se cambiara el primer día del año del 15 de Marzo al 1 de Enero? Pues la culpa
de que esto sucediera la tiene un pequeño pueblo zaragozano llamado en la
actualidad Mara.
En este pueblo de la península ibérica conocido por aquel entonces por Segeda, se produciría hace unos dos mil años un levantamiento celtíbero contra el Imperio Romano. Roma declaro la guerra a Segeda, y para adaptar el mando organizativo de las tropas, cambio el calendario que regía el mundo occidental por aquel entonces.
Segeda había adquirido fuerza y valor estratégico para
que el Imperio Romano decidiera declararle la guerra, lo que conllevó la
modificación del calendario que se utilizaba hasta entonces, porque hacía falta
elegir los cónsules y eso ocurría de ordinario el 15 de marzo, «primer día» del
año político-administrativo romano. Pero como corría prisa, se optó por fijar
como fecha de elección el 1 de enero, y aquel acontecimiento hizo que, desde
entonces, el calendario adelantara el primero del año a ese día.
El ejército que movilizó el Senado romano para atacar
a Segeda era de una dimensión inusual, 30.000 hombres, el doble de lo que hasta
entonces era habitual en los contingentes que llegaban a la Península. La
importancia que adquirió el conflicto hizo que Roma, en lugar de designar un
pretor para dirigir la operación bélica, decidiera nombrar a un cónsul.
De no haber sido por Segeda, por el antecesor
celtíbero del pequeño pueblo zaragozano de Mara, las uvas nos las tomaríamos
los aragoneses (y el resto del mundo occidental) en una fecha meteorológicamente
mucho más benévola: las doce campanadas y las doce uvas nos las tomaríamos a
las doce de la noche del 14 de marzo.
Importante tuvo que ser Segeda como para que el Senado
romano tomara decisiones de tanto calibre. Algunas crónicas de la época se refieren
a esa ciudad celtíbera como grande y poderosa. Era capital de la etnia de los
Belos, controlaba un amplio territorio que abarcaba a varias de las actuales
provincias españolas y, entre sus privilegios, tenía el de acuñar moneda, lo
que a su vez era una clara muestra del poder social y económico que tenía esa
ciudad.
Ya tenéis una buena historia que contar mientras esperamos al conteo de las 12 campanadas de esta noche vieja. Desde Misterio Sur os deseamos a todos una fantástica noche rodeados de vuestras familias.
Feliz Año Nuevo!!
fuentes: www.abc.es
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